Hijo del coronel de milicias Reales, Ignacio de la Carrera y Cuevas, y Francisca de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera. Fue el tercero de cuatro hermanos: Javiera, Juan José y Luís.
A los 9 años ingresó como cadete al Regimiento de Caballería del Príncipe y en 1797 ya era Alférez. Luego en 1805 era Teniente. Hizo sus primeros estudios en el Convicto Carolino, donde fue compañero de Manuel Rodríguez Erdoíza. Abandono rápidamente el establecimiento, dejando establecida su fuerte personalidad, apasionada y llena de ideales, vehemente y arrebatada que lo caracteriza como caudillo chileno.
Sus arrebatos lo llevaron a enfrentar, antes de cumplir los 18 años, tres procesos criminales por hechos punibles en que se había involucrado. Aludiendo a su carácter, Vicente Pérez Rosales cuenta que su abuelo, Juan Enrique Rosales, lo llamaba "el loco de José Miguel".
Tuvo formación militar luchando por la causa española durante las guerras con Napoleón. Regresó a Chile en 1811, adentrándose en los vericuetos de la política. Joven, de muy buena apariencia, gallardo y ambicioso, no se conformaba con el papel de segundón que tenía frente a la familia Larraín, conocida también como los Ochocientos, debido a su multiplicidad y relaciones.
De esta manera, de esta manera decidió que era el momento de acceder al poder. Con sólo 25 años, José Miguel Carrera cambió el proceso independentista chileno. Hasta el momento habían predominado los moderados, cuya idea era más bien obtener grados de autonomía dentro del Imperio Español, sin llegar a la independencia plena.
José Miguel Carrera era un revolucionario, que buscaba la Independencia plena de Chile con respecto a España. Sin embargo hay que considerar que su reglamento Constitucional de 1812 reconoce explícitamente como a Fernando VII como rey de Chile.
Obras de su Gobierno.
Entre las obras del gobierno de Carrera se cuenta el Reglamento Constitucional de 1812, que constaba de 27 artículos, en ella se reconoció a Fernando VII de España como Rey, pero declaró como nula cualquier orden o disposición proveniente de fuera del territorio de la república (el artículo 5° contenía el siguiente texto: "ningún decreto, providencia u orden, que emane de cualquier autoridad o tribunales de fuera del territorio de Chile, tendrá efecto alguno; y los que intentaren darles valor, serán castigados como reos del Estado".).
También publicó la Aurora de Chile, cuyo editor era fray Camilo Henríquez, primer periódico Chileno, en el que se proclamaron los ideales independentistas. También fundó el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional.
Diseñó en conjunto con su hermana Javiera los primeros símbolos nacionales: la primera bandera (tres franjas iguales horizontales, en el orden de: azul, blanca y amarilla), el primer escudo, muy diferente al actual y con dos sentencias latinas: Post Tenebras Lux (después de tinieblas, la luz) y Aut Consilio Aut Ense (por la razón o la espada). Como el proceso de independencia fue obra de criollos burgueses (terratenientes, aristócratas, militares de profesión y la iglesia), y no una revolución popular propiamente tal (el pueblo, en ese entonces, sufría de un analfabetismo casi absoluto, y de constantes maltratos y discriminaciones por parte de los dueños de la tierra y el dinero), una de las razones principales por las que Carrera creó los primeros símbolos nacionales fue su deseo de despertar el interés de los sectores populares, hasta ese punto totalmente indiferentes, en la causa independentista.
Entre sus otras obras se incluyen el haber traído al primer fabricante de tejidos, (en Chile ya se producían tejidos, al punto que la primeras declaraciones del congreso nacional, que José Miguel Carrera derroco, había decretado una excepción al libre comercio específicamente a favor de los tejidos producidos en Chile) la iluminación nocturna y reparación de calles, además de fundar una biblioteca pública y establecer escuelas gratuitas en los conventos, tanto para hombres como para mujeres. También fundó la Escuela de Granaderos, base para la futura Escuela Militar. Estableció relaciones comerciales con los Estados Unidos e incluso recibió al primer embajador estadounidense en Chile Joel Robert Poinsett, quien fuera gran amigo de los Carrera.
Otra de las obras de Carrera, en la que los historiadores usualmente no han reparado, es que fue él quien impuso el 18 de septiembre como festividad, no sólo en reconocimiento del primer paso en el proceso de independencia, sino como forma de realzar el espíritu nacionalista de los ciudadanos chilenos.
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